Compresiones torácicas

Fecha

13 DE ENERO DE 2019

 

Para empezar este artículo, ofrecemos un pequeño trozo de nuestra historia.

 

En 1740, la Academia de Ciencias de París recomendó el uso de la respiración boca a boca y las compresiones torácicas para salvar a las víctimas de ahogamiento rescatadas del río Sena.

 

Desde estas recomendaciones, las técnicas de reanimación cardiopulmonar no han dejado de evolucionar.

 

Compresiones torácicas

Ilustración que muestra a Jean-Baptiste Colbert presentando los miembros de la Real Academia de Ciencias al rey Luis XIV. Ilustración de 1667 realizada por Henri Testelin.

 

Creado en 1992, el ILCOR (Comité Internacional de Reanimación) se ha convertido en el líder de la investigación en reanimación.

 

Esto es lo que encontrará en las últimas directrices sobre RCP publicadas por el ILCOR en 2020:

 

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Los últimos estudios han demostrado que es fácil para un socorrista sin formación realizar únicamente compresiones torácicas. Es aún más fácil para el EMR (Emergency Medical Dispatcher) explicar la técnica por teléfono cuando el socorrista marca el 911.

Los últimos estudios tienden a demostrar que la tasa de supervivencia tras una parada cardiaca de etiología cardiaca en adultos con RCP con compresiones únicamente es similar a la observada con RCP que combina compresiones e insuflaciones cuando se administra antes de la llegada de los SEM (Servicios Médicos de Emergencia).

Las compresiones torácicas solamente

Son aceptables para todos los socorristas en caso de reanimación cardiopulmonar

Para los socorristas no profesionales formados, sigue siendo recomendable, si se sienten capaces de hacerlo, realizar insuflaciones además de las compresiones torácicas.

 

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En el caso de las víctimas de parada cardiaca, está justificado que los socorristas realicen compresiones torácicas a un ritmo de al menos 100 por minuto.

La frecuencia con la que se realizan las compresiones torácicas es determinante para la supervivencia, con el fin de mantener la capacidad neurológica. Es esencial limitar las interrupciones durante las compresiones continuas para que sean eficaces. La mayoría de los estudios muestran una mayor tasa de supervivencia cuando las compresiones se realizan con mayor frecuencia. Sin embargo, existe un límite recomendado para la frecuencia de las compresiones torácicas. No deben superar las 120 compresiones por minuto. Los datos preliminares indican que las compresiones extremadamente rápidas (del orden de 140 compresiones o más por minuto) implican una profundidad inadecuada de las compresiones, lo que repercute negativamente en los resultados de supervivencia.

  • Empuje rápido
  • De 100 a 120 compresiones por minuto

Minimizar las interrupciones. Sin perder tiempo

  • despeje la vía aérea
  • Reconocer la parada cardiaca
  • Administrar ventilación (insuflar)

 

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Los reanimadores deben realizar compresiones a una profundidad de al menos 5 centímetros (2 pulgadas) en el adulto medio, evitando profundidades superiores a 6 centímetros (2,4 pulgadas). En pediatría, se recomienda una profundidad de aproximadamente un tercio (1/3) de la profundidad del tórax; unos 4 centímetros (1,5 pulgadas) en lactantes y unos 5 centímetros (2 pulgadas) en niños.

Para un adulto, se recomienda comprimir la caja torácica al menos 5 centímetros (2 pulgadas) para que el corazón pueda comprimirse adecuadamente para expulsar sangre oxigenada por todo el cuerpo. Los datos preliminares indican que una profundidad de compresión excesiva en adultos, es decir, más de 6 centímetros (2,4 pulgadas), repercute negativamente en los resultados. La compresión excesiva no provoca lesiones potencialmente mortales. En la mayoría de los casos, las estadísticas demuestran que las compresiones no son lo bastante profundas.

  • Empuje con fuerza
  • Asegúrese de estar bien colocado
  • Realice compresiones suficientemente profundas

 

 

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Los reanimadores deben evitar apoyarse en el tórax de la víctima entre compresiones, para conseguir una relajación total del tórax en pacientes en parada cardiaca.

La relajación total del tórax favorece el retorno venoso y la circulación cardiorrespiratoria. La relajación total del tórax de la víctima permite que el corazón se atiborre de tanta sangre como sea posible antes de expulsarla de nuevo al organismo mediante la siguiente compresión torácica.

  • Compruebe sus compresiones torácicas
  • No se apoye en el pecho de la víctima

 

Fuente: Aspectos destacados de la actualización de 2020 de las directrices de RCP y RCE de la AHA

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