Dislocación

La luxación es una afección en la que una articulación experimenta una pérdida completa de contacto entre las superficies articulares. Suele producirse como consecuencia de un traumatismo repentino, como un impacto o una caída. Las articulaciones más comúnmente afectadas son el hombro, la cadera, el codo, el tobillo y la rodilla.

La luxación se considera una urgencia ortopédica porque puede causar daños importantes en los ligamentos, tendones, músculos y nervios circundantes. Si no se trata a tiempo, la luxación puede provocar una discapacidad permanente.

Los signos de luxación incluyen dolor repentino, deterioro funcional, deformidad de la articulación, crujido o rechinamiento. Estos síntomas pueden variar según la articulación afectada y la gravedad de la luxación.

Es necesario que un profesional sanitario realice un examen clínico minucioso para confirmar el diagnóstico de luxación. Las radiografías son la prueba más utilizada para determinar si existe una luxación. También puede evaluar el alcance del daño en la articulación y los tejidos circundantes.

El tratamiento de la luxación suele incluir la reducción de la articulación, que consiste en volver a poner en contacto las superficies articulares. Esto puede hacerse mediante maniobras externas o puede requerir cirugía. El tratamiento posterior a la reducción suele incluir un periodo de reposo y rehabilitación, así como medicación para aliviar el dolor y la inflamación.

La luxación es una afección ortopédica dolorosa que requiere una intervención rápida para evitar daños permanentes. Para confirmar el diagnóstico son necesarias una evaluación clínica cuidadosa y una radiografía. Un tratamiento rápido y adecuado, como la reducción de la articulación, es esencial para una recuperación satisfactoria.

Definición y Significado

La luxación es la pérdida total de contacto de las superficies articulares de una articulación, normalmente causada por un traumatismo repentino como una caída o un impacto. Es una urgencia ortopédica que requiere una intervención rápida para evitar daños permanentes en los ligamentos, tendones, músculos y nervios circundantes. Los signos de luxación incluyen dolor repentino, deterioro funcional y deformidad de la articulación. El tratamiento suele consistir en la reducción de la articulación, que puede lograrse mediante maniobras externas o requerir cirugía.

Luxacion

Una luxación parcial se denomina subluxación

Las luxaciones suelen estar causadas por un traumatismo repentino en la articulación, como un impacto o una caída. Una luxación articular puede causar daños en los ligamentos, tendones, músculos y nervios circundantes. Las luxaciones pueden producirse en cualquier articulación mayor (hombro, rodilla, etc.) o menor (dedos de los pies, de las manos, etc.).

El mecanismo más frecuente es una caída (luxación del hombro al caer sobre la mano), o un esfuerzo externo sobre la extremidad, como una llave inglesa.  La extremidad actúa como una palanca que amplifica el esfuerzo sobre la articulación.

Los primeros elementos que pueden provocar una dislocación son

  • El mecanismo: choque, caída;
  • El dolor, que aparece de repente y es localizado;
  • Impotencia funcional: es extremadamente doloroso o imposible realizar determinados movimientos incluso con ayuda;
  • Deformidad: asimetría de las articulaciones (la articulación izquierda no se parece a la derecha);
  • La percepción por parte del paciente de un crujido (también válido para un esguince grave);
  • La percepción de un chasquido por parte del paciente;
  • Antecedentes de luxación: cuando una articulación se ha luxado, queda debilitada y, por lo tanto, es probable que se produzca otra luxación en el mismo lugar.

Estos signos no son específicos y también pueden indicar un esguince o una fractura. Un examen clínico minucioso por parte de un profesional sanitario marcará la diferencia. Por otra parte, algunas luxaciones presentan síntomas reducidos, por ejemplo en personas con articulaciones flexibles (niños, recidiva de la luxación).

La única prueba que puede indicar inequívocamente si existe o no una luxación es una radiografía.

Evaluación

Una evaluación vascular y neurológica distal a la lesión.

Inspección en busca de deformidades, hinchazón, hematomas.

Ligera palpación en busca de sensibilidad, crepitación y defectos macroscópicos en huesos o tendones.

Algunos hallazgos pueden indicar una fractura u otra lesión musculoesquelética.

La deformidad puede indicar luxación, subluxación (separación parcial de los huesos de una articulación), pero también fractura.

La hinchazón suele ser un signo de fractura u otra lesión musculoesquelética importante, pero puede tardar varias horas en desarrollarse. Si no hay hinchazón en este tiempo, la fractura es poco probable. En algunas fracturas (por ejemplo, fracturas en asa, pequeñas fracturas no desplazadas), la inflamación puede ser sutil, pero rara vez está ausente.

La sensibilidad acompaña a casi todas las lesiones musculoesqueléticas, y en muchos pacientes la palpación de cualquier zona alrededor del área lesionada causa molestias. Sin embargo, un aumento notable de la sensibilidad en una zona localizada (sensibilidad puntual) sugiere una fractura.

El crepitante (un chirrido característico palpable y/o audible producido al mover la articulación) puede ser un signo de fractura.

La idea del entablillado es minimizar el movimiento de los huesos o articulaciones dañados.

La presión externa puede hacer aún más inestables unas articulaciones ya dañadas. Tanto si el daño afecta a un tejido duro, como el hueso, como a un tejido blando complejo, como el de una articulación, el tratamiento se basa en la inmovilización.

Para evitar que la presión externa agrave el daño, es necesario inmovilizar la zona afectada, es decir, entablillarla. Es vital inmovilizar todo lo posible para reducir el riesgo de nuevas lesiones.

Una férula para extremidades no funcionará si no encapsula completamente la lesión en la férula. Esto significa que debe inmovilizar las articulaciones por encima y por debajo de la fractura. Dado que una muñeca o un codo en movimiento ejercen presión sobre los huesos del antebrazo, una luxación en esta zona también requiere la inmovilización de la muñeca y el codo.

En caso de luxación o esguince, no sólo hay que inmovilizar la articulación, sino también las estructuras (normalmente huesos) a ambos lados de la articulación. En el caso de una rodilla, por ejemplo, habrá que inmovilizar el muslo (fémur) y la parte inferior de la pierna (tibia y peroné) con una férula para evitar que la rodilla se mueva. Hay quien dice que las luxaciones son en realidad mucho más dolorosas que las fracturas, y que es probable que el paciente no mueva la extremidad si no se le anima.

La razón para entablillar una lesión, especialmente una extremidad, no es tratarla. 

Se utiliza una férula de primeros auxilios para llevar al herido al hospital o al médico. A veces, una férula puede facilitar el movimiento de la persona lesionada, ya sea porque permite moverla sin agravar la lesión o porque permite que la persona se mueva sola.

Mientras se ayuda a la víctima a llegar al médico, es importante no empeorar la situación. Sobre todo, las férulas no deben agravar la lesión de la extremidad. Una inmovilización adecuada suele evitar que la lesión empeore, lo que puede medirse evaluando la función de la extremidad. La circulación, la sensibilidad y el movimiento son características de la función de todas las extremidades.

Evaluación del flujo sanguíneo

El flujo sanguíneo a la zona lesionada (circulación) puede interrumpirse si se daña el tejido circundante, incluidos los vasos sanguíneos. Cualquier cosa lo suficientemente fuerte como para romper un hueso es lo suficientemente fuerte como para alterar arterias, venas y capilares.

Para evaluar la circulación, palpe la extremidad y su gemelo (si el brazo derecho está roto, compare el brazo derecho con el izquierdo) para comprobar si hay calor. El extremo lesionado debe estar tan caliente como el extremo opuesto. Si está más fría, es señal de que el flujo sanguíneo a la zona está comprometido.

Compara el color. Púrpura, azul, moteado o pálido son signos de disminución del flujo sanguíneo a la extremidad.

Si sabe tomar el pulso, compare los pulsos de las extremidades. Si el pulso en la extremidad lesionada está ausente o es muy débil, es un indicador de problemas circulatorios.

La regla de oro siempre ha sido utilizar el relleno capilar (aplicar una suave presión sobre las uñas de las manos o de los pies para "blanquear" o extraer el color y, a continuación, soltar la presión; se supone que el color vuelve en menos de dos segundos), pero hay muy pocas pruebas de que el relleno capilar sea una medida fiable.

Las fracturas abiertas sospechosas requieren apósitos estériles

Evaluación de las sensaciones

La sensación es la segunda medida de la función. En este caso, la prueba es sencilla: "¿Puedes sentir esto?".

Sin dejar que la víctima vea qué dedo del pie o de la mano está tocando, pídale que le diga cuál es (sea sencillo y utilice el dedo meñique o el dedo gordo, ya que los dedos del medio no siempre son fáciles de describir para los pacientes). Si la víctima no siente que le tocas una extremidad (o no sabe qué le estás tocando), es señal de que la extremidad tiene un riego sanguíneo insuficiente, lo que provoca una disfunción nerviosa, o de que existe una lesión nerviosa real.

Evaluación del movimiento

La última medida de la función es el movimiento. ¿Puede la víctima mover la extremidad?

La pérdida de movimiento es un indicador de pérdida de circulación, daño del nervio motor o fallo estructural. Los huesos y los músculos no son más que palancas y poleas diseñadas para hacer que las cosas se muevan de una determinada manera. Si rompe la estructura de soporte, es posible que la máquina no se mueva como debería.

Inmovilización

La mayoría de las fracturas moderadas y graves, sobre todo las que son manifiestamente inestables, se inmovilizan de inmediato mediante entablillado (inmovilización con un dispositivo no rígido o no circunferencial) para reducir el dolor y evitar que las fracturas inestables sigan dañando los tejidos blandos. 

La inmovilización reduce el dolor y facilita la curación al evitar nuevas lesiones y mantener la alineación de los extremos de la fractura.

Deben inmovilizarse las articulaciones proximales y distales a la lesión

Asegúrese de evaluar la función de una extremidad al menos dos veces. Compruébelo una vez antes de aplicar cualquier tratamiento y de nuevo después de entablillar. Si alguna de las funciones (circulación, sensibilidad y movimiento) ha desaparecido o empeorado, intente ajustar o incluso retirar la ortesis. La pérdida de funcionalidad es un problema importante que puede provocar daños permanentes si no se aborda.

Eslingas y correas

Las fracturas en distintas partes del cuerpo requieren técnicas diferentes para inmovilizarlas. Empezando por arriba, veamos los distintos tipos de eslingas y dónde pueden utilizarse con mayor eficacia.

Las lesiones de la cintura escapular (clavícula y escápula) o de la parte superior del brazo (húmero) sólo pueden tratarse adecuadamente con un cabestrillo y esparadrapo. Las lesiones de antebrazo deben entablillarse con una de las técnicas que se indican a continuación, pero también pueden colocarse en cabestrillo para ayudar a controlar la lesión. También es más fácil que el paciente se mueva si la férula se coloca en un cabestrillo.

Un cabestrillo es básicamente una hamaca para el brazo. Ayuda a soportar el peso del brazo en lugar de dejar que cuelgue y tire de los huesos y tejidos lesionados. Se utiliza una correa para sujetar el brazo, todavía en el cabestrillo, al cuerpo del paciente.

Los cabestrillos pueden fabricarse comercialmente (normalmente después de una intervención quirúrgica) o con una venda triangular o incluso con la cola de una camisa larga.

Férulas de cartón

La más económica de todas las férulas comerciales es la férula de cartón. Una férula de cartón es exactamente como su nombre indica, una férula de cartón diseñada para primeros auxilios. También se pueden fabricar férulas de cartón con cualquier tipo de caja de paredes gruesas. Con un trozo de cartón, un rollo de esparadrapo, una toalla y unas tijeras, es posible entablillar casi cualquier fractura de extremidad.

Las férulas de cartón pueden ser engorrosas y difíciles de colocar, y no funcionan si se mojan. Además, una férula de cartón puede dificultar la visualización de un miembro lesionado para reevaluar su función o tratar heridas abiertas y controlar hemorragias.

Férulas de aluminio

Las férulas de aluminio maleable suelen presentarse en forma de rollo, pero también pueden ser planas y acolchadas. Las férulas de aluminio pueden moldearse muy fácilmente para adaptarse a un miembro lesionado y mantienen su forma bajo la lluvia. Son más caros que los de cartón, pero ocupan mucho menos espacio y pueden aplicarse más fácilmente y con mucho menos bulto una vez fijados.

Con la práctica, las férulas de aluminio pueden colocarse rápidamente, sin ocultar tanto el extremo como una férula de cartón. Las férulas de aluminio también se utilizan habitualmente para entablillar los dedos y se venden en pequeños paquetes listos para usar.

Cojines

Las lesiones de tobillo pueden repararse adecuadamente con una simple almohada y un rollo de esparadrapo. Se puede envolver una almohada adecuada (el plumón no es muy apropiado para esto) alrededor del pie del tobillo lesionado y pegar con cinta alrededor de la pierna. De este modo se crea una "bota" blanda que sujeta el tobillo lesionado.

También puede utilizarse una almohada suficientemente grande para entablillar un brazo o una pierna, aunque no es lo ideal.

Fuentes

James M. Madsen , MD, MPH: febrero de 2021 "Overview of Incidents Involving Mass-Casualty Weapons" https://www.merckmanuals.com/en-ca/professional/injuries-poisoning/mass-casualty-weapons/overview-of-incidents-involving-mass-casualty-weapons [Visitado el 20 de enero de 2023].

Rod Brouhard, EMT-P: 18 de noviembre de 2021 "How To Treat an Avulsion or Degloving" https://www.verywellhealth.com/how-to-treat-an-avulsion-1298913 [Visitado el 20 de enero de 2023].